Homosexualidad: tema que une y segrega

 La homosexualidad, se entiende a grandes rasgos como la interacción o atracción sexual, afectiva, emocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo. Históricamente hablando, este ha sido un tema tabú en muchos países. De hecho, la sociedad chilena es catalogada como conservadora por países de Latinoamérica donde esta orientación es cada día más aceptada. Se sabe, que durante gran parte de la historia de nuestro país, la homosexualidad se mantenía oculta, ya que era legalmente prohibida (aunque no había procedimientos específicos destinados a su represión). Entonces, gran parte de esta misma sociedad segregaba a esta minoría. Un claro ejemplo de persecución en contra de las personas homosexuales, fue en el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, quien promulgó la “Ley de Estados Antisociales” (1954) la que afectaba específicamente a locos, vagabundos y homosexuales.

A contar de 1990 aproximadamente (transición a la democracia), la sociedad chilena ha comenzado a ser un poco más abierta al tema de la orientación sexual, viéndose reflejado en proyectos de ley, tales como el que legalizaría el matrimonio homosexual y la nueva ley en trámite de antidiscriminación.

Sin embargo, si Chile está siendo más abierto de mente y más tolerante con el tema en cuestión, por qué continúa la represión y discriminación hacia aquellos que escogen realizar su vida con alguien de su mismo sexo. ¿Será la falta de cultura? ¿La ignorancia? No obstante, no hay motivos para aislar a nadie por ser diferente. Hemos visto casos donde ser lesbiana o gay implica problemas para encontrar trabajo, arrendar un departamento, o simplemente por ir a comprar a un lugar donde resulta que la o el vendedor le tiene fobia a los homosexuales, no te vende el producto que quieres.

De hecho el mismo caso de la magistrada Karen Atala, quien demandó al Estado chileno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por discriminación, luego que la Corte Suprema le negara la tuición de sus hijas producto de su convivencia con una pareja homosexual. Es un claro reflejo de exclusión en el ámbito laboral. Este caso dio vuelta el mundo y finalmente el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) votó a favor de la jueza y ahora Chile debe hacer un acto de desagravio para Karen Atala y pagar una indemnización por daño moral y costos de tratamiento a Atala y sus tres hijas por US$ 60 mil dólares.

De acuerdo a lo anterior, es importante saber que cada quien es dueño de lo que hace y dice, por lo tanto todos pueden desempeñarse exitosamente en un trabajo, en la universidad o la vida diaria. Y no a partir de su condición sexual decir si es apto o apta para un cargo en particular, una carrera o entrar a un recinto. Además siempre es bueno alentar la capacidad de los empleados para contribuir a las metas corporativas y evitar su aislamiento. De esta forma se crea un ambiente seguro y agradable de trabajo. Así se promueve la productividad, estimulando las habilidades de los trabajadores para que se desempeñen a su máximo potencial y participen en todos los aspectos de la vida corporativa.

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