Cuando Imogen Groome, una estudiante y periodista de 22 años de Exeter, Gran Bretaña, pidió una pizza a Domino’s, jamás se imaginaría que su pedido terminaría de esa forma.
Aunque la entrega fue breve y no duró más de un minuto, el repartidor no pudo soportar los encantos de Imogen, y comenzó a enviarle una serie de mensajes a través del teléfono, los que se extendieron más tiempo de lo debido.
Al principio se lo tomó con humor y deseó un buen final de su turno, pero a medida que los mensajes se volvieron más insistentes comenzó a sentirse molesta y un poco asustada, según la información compartida por el portal Mirror.
Los mensajes:
– “Eres hermosa, Dios te bendiga
– Jaja… Gracias.
– Apuesto que la próxima será feliz. Buenas noches. Me hiciste la noche.
– ¿Qué?
– Disculpa por molestarte. Eres muy bonita. Muy bella.
– Me viste como por 30 segundos… jajajaja
– Si…
– Eres muy divertido.
– Amo la vida.
– Si, lo soy.
– ¿Eres qué?
– Linda dama.
– Y lo sabes…
– Disfruta el resto de tu turno, ja.
– Gracias preciosa. Buenas noches.
– Hola linda. Buenos días”.
Sin embargo, Imogen comenzó a preocuparse cuando el repartido de pizza la llamó varias veces para reírse y decirle que sabía su dirección.
Finalmente el asunto fue investigado por la cadena de pizzerías que despidió al hombre de manera inmediata y estableció contacto con la chica para seguir su caso.
“Todo fue muy siniestro y extraño. Estoy muy perturbada por lo que sucedió. Me dio ganas de no usar más el delivery de Domino’s.”, dijo la joven al portal mencionado.