Adicción al trabajo

Para la mayor parte de la población adulta, el trabajo es una parte esencial de sus vidas. Además de proporcionar sustento y la satisfacción de otras necesidades materiales, es un aspecto que concierne a la realización personal.

El problema llega cuando se descuidan las relaciones personales, la salud y los momentos de ocio voluntariamente para dedicar el mayor tiempo posible a trabajar. Llegado ese punto, el trabajo se convierte en lo más importante en la vida de la persona. Aquí es cuando hablamos de la necesidad obsesiva de trabajar, es decir, de la adicción al trabajo.

Para no confundir la adicción al trabajo con el “trabajo duro“, mostraremos algunas características frecuentes en la persona adicta al trabajo:

Una persona que trabaja duramente no descuida otros aspectos de su vida de esta manera. Puede que temporalmente, debido a alguna situación complicada… Eso sí, hay que tener cuidado, porque nadie se hace adicto al trabajo de la noche a la mañana. Por lo que alguien que trabaje muy duramente puede ir “enganchándose” despacio, descartando elementos en su vida hasta que se quede únicamente con el trabajo.

Las razones para caer en esta adicción varían bastante dependiendo de la persona. Un fracaso en las relaciones personales, por ejemplo, puede hacer que alguien se vuelque completamente en el trabajo y luego no quiera salir, pero hay otras causas como: la necesidad de reconocimiento, la satisfacción de que está manteniendo a otros, el afán por acumular bienes materiales, la carencia de habilidades en otras áreas, el miedo a ser despedido, etcétera.

El problema es que la persona no reconoce su adicción. Quienes sí lo notan son sus familiares y amigos. A fin de cuentas, el trabajo es algo que está bien visto, al contrario de otras adicciones como la droga o el alcohol. Difícilmente la persona adicta tenga conciencia de estar haciendo algo perjudicial para sí misma.

Sin embargo, esa presión mantenida indefinidamente, no hace a la persona más productiva, sino todo lo contrario. La fatiga llegará y pasará factura.

Quien piense que trabajar todo el tiempo no tiene nada de malo, se equivoca. No sólo porque el adicto al trabajo deja de vivir otras experiencias y relaciones (es mucho a lo que renuncia), sino porque a la larga afecta negativamente a la salud física y mental, como cualquier otra adicción.

Por mi parte, un deseo. Es verdad que el trabajo tiene sus peligros, incluido el de volverse adicto, pero que no nos falte. La falta de trabajo puede ser tanto o más horrible que la adicción al mismo, ¿no crees? Ya hablaremos de ello.

FUENTE: http://tusbuenosmomentos.com/2010/12/adiccion-al-trabajo/

Un poco de humor.. Video sobre la adicción al trabajo (Buenísimo jejej)

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