Trabajar duele… o por lo menos produce síntomas graves como taquicardia, dolor muscular, nerviosismo, molestia estomacal… Una serie de síntomas que, para muchos profesionales médicos, deberían tipificarse y atenderse como una enfermedad: el Síndrome Postvacacional.
Según Luis Folgado de Torres, miembro de de Psicólogos Especialistas de Madrid, el Síndrome Postvacacional se debe a una“percepción del trabajo como una estimulación aversiva. De esta forma, se produce un aumento progresivo de los niveles de ansiedad, desgana, falta de atención, cambios en los períodos de vigilia-sueño, deseos de cambiar de trabajo, irritabilidad, tristeza,…”
Estos síntomas derivan en dolencias físicas (“cansancio, fatiga, molestias estomacales, insomnio, taquicardia, dolor muscular, falta de apetito, concentración y de aire,…) y psícológicas (“tristeza, irritabilidad, falta de interés, nerviosismo, inquietud, indiferencia,…”).
Muy similar a la depresión clínica, El Síndrome Postvacacional se presenta unos días antes de la vuelta al trabajo. Su duración suele ser de dos semanas. De rebasa este lapso, hay que pensar en afecciones más graves.
¿Cómo se atiende el Síndrome Postvacacional? Para Folgado de Torres hay que aumentar las dosis de ocio activo durante las vacaciones (“excursiones, visitas culturales o deporte”) en lugar de un ocio pasivo.
Se cree que el Síndrome Postvacacional afecta a un 35% de los trabajadores.