Confesiones Laborales: #23517 Las apariencias
Hace un par de años empecé a trabajar por primera vez y lo primero que hice fue verme los dientes. Luego de saber los tratamientos que me tenía que hacer, empecé a cotizar en varios lados para ver qué me convenía más.
Buscando en internet encontré una clínica que ofrecía buenos descuentos, no taan barato pero a un precio bastante razonable. Tenía sucursales en varias regiones, así que me dió confianza. Minutos antes de la cita me llaman para preguntarme si voy, confirmo, y me dirijo al lugar, que era en una galería del centro de Santiago. Como trabajaba cerca, llegué rapidito. Nada más me acerco veo en los peldaños de la entrada a un hombre curado recostado y un charco de vino derramado a su lado. Entré por el ladito, y avanzando me encuentro un charco de orina. Entro a la galería y veo locales de tatuajes, peluquería, artículos del hogar, etc, y mientras paso me fijo que todo está sucio, lleno de polvo y moho. Me di cuenta de que la clínica no estaba en ese piso así que fui al ascensor, miré en la pared el número de piso de la clínica, y bajé en ascensor.
Al llegar al piso, veo todo igual de sucio. Paredes llenas de hongos y moho, tierra, y lo peor… Caca de ratón en las esquinas. Ni se imaginan el asco que me dió. Caminé por el pasillo y vi que más allá estaba la famosa clínica, sólo se veía la puerta y un letrero. Qué creen que hice? Me di media vuelta y me marché. Cómo podría confiar en una clínica que se encuentra en un sitio tan sucio? Cómo le voy a confiar mi salud a una clínica que ni siquiera se preocupó de escoger un sitio salubre? Puede que dentro de la clínica todo haya estado pulcro, no lo sé, pero la confianza se pierde por completo al ver lo sucio del lugar.
Mi consejo para la gente que este pensando en poner una clínica de salud, o un establecimiento de comida, es que se busquen un sitio limpio, aunque sea más caro. La secretaria de la consulta me llamó más de diez veces al ver que no llegaba a la cita, tuve que ponerla en la lista negra. Meses después me seguían llamando, se nota que estaban desesperados por clientes. Era de esperarse, quién va a querer atenderse en un sitio así.
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