Las mentiras más frecuentes en currículos

MON265096

[box type=»shadow» ]En el momento en el que nos encontramos frente al currículum nos invade un sentimiento de inseguridad y dudas, como si lo que hay escrito no fuera suficiente o suficientemente bueno. Aunque seamos conscientes de lo que hemos hecho durante nuestra carrera laboral y sepamos cuáles son nuestros puntos fuertes, sobre la hoja de papel todo parece deslucido o irrelevante. Es entonces cuando la tentación aparece tras la esquina, y nos empezamos a plantear si deberíamos “maquillar” un poco el asunto.[/box]

Para convenceros y excusar nuestra decisión pensamos “si presento un currículum totalmente fiel a la realidad, estaré jugando en desventaja respecto al resto que habrán ‘adornado’ el suyo”. Craso error. No creas que nada te puede pasar por una mentirijilla porque nuestros actos pueden tener consecuencias inesperadas en el futuro. O si no, que se lo digan al antiguo CEO de Yahoo!, Scott Thompson, que se vio obligado a dimitir después de mentir sobre sus estudios. La cosa no quedó ahí porque el problema no fue sólo suyo sino también de que aquellos que no se habían molestado en comprobar los datos.

En cualquier caso, lo que no tiene ningún sentido, aunque se haga a menudo por vergüenza, es mentir en los datos irrelevantes. Pero, ¿cuáles son las mentiras más habituales en los currículos?

  • Los idiomas. Ese gran hándicap de los españoles, que tanta vergüenza nos produce. Si podemos elevar el nivel del medio al medio-alto, no dudaremos en hacerlo porque, total, quién nos va a pillar. El problema, claro, aparece cuando tenemos que justificarlo con un título, o si hemos de enfrentarnos a una conversación en inglés donde rápida y claramente verán nuestras carencias.
  • Habilidades informáticas. Solemos exagerar nuestra experiencia como usuario con el ordenador. Por ejemplo, saber recortar una fotografía en Photoshop no es lo mismo que saber ilustración, y ser capaces de redactar un texto y guardarlo no nos convierte en grabadores de datos.
  • Exagerar nuestras funciones. Como creemos que es muy difícil que el entrevistador llegue a conocer con exactitud cada uno de nuestras funciones en otros empleos, y el lenguaje permite una ambigüedad al describir nuestra carrera profesional, nos sentimosinclinados a escribir con cierta manga ancha. Cosas como: gestión de equipos, cuando hemos trabajado con un grupo de dos personas; diseño de imagen, por señalar cuál es el color que mejor le queda a la página de la empresa, y así sucesivamente.
  • Eliminar pasados empleos. Este punto es más discutible, ya que tampoco es necesario destacar todos y cada uno de los empleos que hemos tenido, lo suyo sería nombrar aquellos que estén en relación con el trabajo al que optamos. Sin embargo, otro asunto es intentar ocultar un empleo por el fracaso de un proyecto o una salida inapropiada de la empresa.
  • Nivel de estudios. La posesión de una licenciatura o máster es fácilmente comprobable, por lo que es inútil intentar hacer pensar al entrevistador que hemos terminado una carrera que no poseemos.
  • Experiencia laboral. Creemos que cuanto más larga sea la lista de experiencias menos probabilidades hay de que el seleccionador levante el teléfono y busque las referencias, y bueno ya que estamos pues fantaseamos un poco. Pero cuidado, porque un par de líneas pueden echar por tierra una candidatura completa.
  • Empresas en las que nunca se ha trabajado. Sí, sí has leído bien, puede parecer descabellado, pero hasta un 18% de los participantes en la encuesta de Career Building reconocían haberse inventado puestos laborales. Si te pillan con una mentira así, poco puedes hacer para salvar tu candidatura.
Previous Post

Los 10 anticonceptivos más extraños de la historia

Next Post

El asteroide que podría impactar contra la Tierra es más peligroso de lo que se creía

Related Posts