1. Entrar en una habitación y olvidar por completo por qué lo hiciste…
Solo estaba… creo que necesito… ah, olvídalo.
2. Nunca saber dónde están tus llaves…

¡Estaban justo aquí! Bueno, al menos creía que allí estaban.
3. Tener un arsenal de papel higiénico…
Porque cada vez que vas a la tienda lo compras, ya que nunca estás seguro de si se te acabó o no.
4. Invertir en estas cosas porque has perdido un sinfín de anteojos…
La ironía es que los sigues perdiendo aún con estos.
5. Nunca dejar de sorprenderte por los cumpleaños…

Hasta por el tuyo.
6. Y no acordarse de los cumpleaños significa que nunca tienes a mano papel para envolver regalos…
Lo bueno es que te conviertes en un maestro de la improvisación.
7. No estar seguro nunca de si apagaste la luz o no…

Consejo profesional: nunca está apagada.
8. Siempre estar en peligro de tomar demasiadas pastillas porque nunca puedes recordar cuándo te tomaste la última…
Además, tener que aplicar medidas de precaución, como esta, solo para estar seguro.
9. Nunca recordar qué día es…
Para gran disgusto de los que te rodean.
10. Tener notas adhesivas como recordatorios en todas partes…
Básicamente, eres responsable de que el negocio de Post-It siga vivo.
11. La frustración cuando el pago de facturas automático no es una opción en línea…

¿Quieres decir que tengo que hacer un cheque? ¿Y tenerlo a tiempo? ¡JAJAJAJA!
12. No tener la más mínima idea de las miles de entradas que tienes en tu calendario…
Esta es la razón por la que se inventaron los asistentes personales.
13. Que siempre se te olvide ponerte protector solar…

#enserio
14. Las contraseñas en general…
Es por esto que usas la misma contraseña para todo y la razón por la que te robaron la identidad en numerosas ocasiones.
15. No recordar nunca el nombre de nadie…

Pero te conviertes en un experto en decir: “Hey… ¡Tú!” de forma convincente.
16. Tener varios relojes despertadores…
Y que se te olvide activarlos todos.
18. Tener dos compromisos al mismo tiempo porque olvidaste que ya habías hecho planes…
Pero es una buena excusa para librarte de uno o ambos de ellos.
19. Redactar un mensaje de texto pero que se te olvide enviarlo…
