Han escuchado eso de que «Después de Dios, está La Vega?». Bueno, es verdad.
En octubre del año pasado quedé cesante, una semana antes de navidad, con dos hijas de 16 y 13., y sin mamá de las hijas (en septiembre había ido a comprar cigarros y el resto ya saben)
Fue la peor navidad de mis hijas y mía. Mi hermana me apoyó con un regalo para ellas, pero yo sin ni uno estaba angustiao total.
Viendo que hacer me fui a gastar la última plata a la feria y se me ocurrió comprar cosas para hacer ensalada y vender.
Al principio bien tímido pero ya después ahora tengo hasta ig. Muestro el proceso de compra, como las preparo para que la gente tenga confianza de que es todo limpio y las dejo bien bonitas, tengo todo tipo de clientes.
No es el gran trabajo, pero me dio para juntar plata para los uniformes, útiles escolares zapatillas, etc y hasta saqué a las niñas un día a la playa.
Me levanto todos los días a las 4:30 y no paro más. Igual espero tener un trabajo más seguro porque así estoy desprotegido yo y las niñas, pero la feria de mi ciudad me ha dado de comer a mi y ellas.