Triclosán: el compuesto de la pasta de dientes que puede causar daño cerebral

Vía lahora.cl

Más de 40 años de uso en diversos productos cosméticos, de higiene bucal y hasta en telas y materiales de vestuario, el triclosán es un compuesto que combate el desarrollo bacteriano donde es aplicado.

Sin embargo, un reciente estudio devela su lado oscuro: produce daño importante en el desarrollo de los músculos, debilitándolos; así como también afectaría a las redes neuronales del sistema nervioso humano.

Genaro Barrientos, bioquímico e investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, conduce los estudios locales respecto de este compuesto. “El principal uso del  triclosán ha sido en las pastas de dientes, dado su efecto bacteriostático, suprimiendo la flora bacteriana bucal y ayudando al control de la placa bacteriana”, señala.

¿Qué es?

El triclosán es un compuesto con altas cualidades antisépticas y fungicidas utilizado principalmente en recintos hospitalarios donde la asepsia y la higiene son parte de protocolos de acción permanente.

En el consumo masivo de la población es posible encontrar productos con aditivos de triclosán tales como pastas de dientes, jabones para manos, desodorantes, colutorios o enguajes bucales y artículos de primeros auxilios como benditas y gasas protectoras.

Así también por sus capacidades de control bacterial también le han permitido ser aplicado en la fábrica textil en ropa de cama, calcetines, alfombras; y también en juguetes para bebés, bolsas de basura, accesorios para cocina y una gran infinidad de elementos que limitan la proliferación de bacterias que causan mal olor o contagian enfermedades.

Los efectos

“El primer efecto del triclosán que logramos estudiar en la Universidad de California fue en los músculos, evidenciando que el compuesto provoca una debilidad muscular importante. Y vale recordar que el corazón es un músculo que también se ve afectado”, comenta el especialista.

Con esta evidencia el grupo científico comenzó a investigar los efectos del bactericida en las células nerviosas. “En cultivos in vitro de neuronas aplicamos dosis muy bajas de triclosán y descubrimos que el compuesto alteró la manera en que estas células se comunican y conectan unas con otras, impidiendo el correcto funcionamiento de la neurona”, comenta.

Por otro lado, y respetando parámetros bioéticos, el equipo liderado por Barrientos aplicó bajas concentraciones de triclosán en ratas de laboratorio y analizaron su comportamiento. “Tras colocar los animales dentro de un laberinto en busca de su recompensa, los animales con el compuesto incorporado tuvieron un rendimiento muy bajo en relación con los que no lo tenían. Sufrían de desorientación espacial en sus desplazamientos y confusión. Esto nos da indicios de que algo importante puede ocurrir a nivel cerebral, a nivel sistémico, en las personas que consumen este componente de manera regular a través de productos de limpieza personal”, enfatiza el científico.

Consideraciones

Luego que la Food and Drug Administration (FDA), autoridad sanitaria norteamericana, señalara al triclosán como una sustancia “no necesariamente segura ni efectiva” y prohibiera su uso desde el 20 de diciembre de 2017 en productos higiénicos de consumo masivo; también lo hizo extensivo a productos antisépticos utilizados en hospitales y otros centros de atención de salud, en el país del norte.

“Con este estudio pretendemos como científicos poner en conocimiento de la gente los peligros que revisten estos compuestos agregados en productos que regularmente consumimos. De igual manera hacemos un llamado a la autoridad sanitaria a regular esas mercaderías, cuyos componentes ya han sido prohibidos en otros lugares dada la evidencia científica existente, pero que en Chile aún no se implementan”, expresa.

Barrientos señaló que si bien las dosis de triclosán que se aplican en ciertos productos higiénicos es baja, es su regularidad de uso la que complica la situación. “El triclosán es beneficioso como control bacteriano, pero debe darse en un entorno controlado. Si consumimos muchos productos con este aditivo en sus composiciones, toda esa suma de concentraciones resulta dañina”, dice.

La principal población de riesgo son embarazadas que puedan transmitir su consumo de triclosán a los fetos en formación mediante la placenta, recién nacidos y hasta niños de 5 años de edad durante su etapa de desarrollo, y adultos mayores proclives a enfermedades neurovegetativas.

“Con el grupo científico estamos muy dispuestos a seguir investigando y descubrir los niveles de concentración de triclosán que habría en el cerebro humano, pero es una tarea muy costosa y de largo aliento. Esperamos poder contar con los fondos y financiamiento adecuado para lograrlo”, finaliza.

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