Muchas veces durante las jornadas laborales es tal la demanda de trabajoque muchos empleados terminan saltándose el almuerzo o la colación. Transformar esta tendencia en una costumbre puede traer problemas serios, no sólo en la productividad, sino también en la salud.
Pero en algunos casos no es culpa del trabajador. Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y promocionada por la multinacional de frutas y verduras Dole, sólo el 61% de los trabajadores recibe algún tipo de beneficio para su alimentación dentro de la empresa, el 30% en un casino, un 22% como un bono en su sueldo y sólo un 9% con un cheque restorán.
El no respetar las comidas cada cuatro horas, especialmente el almuerzo, no sólo contribuye a que se produzcan problemas dentro del contexto del trabajo como baja productividad, fatiga, dolor de cabeza e irritibilidad, sino que a largo plazo puede traer problemas serios de salud.
Según la jefa de nutrición del Hospital Clínico de la Universidad Católica, Jacqueline Monrroy, una de las cosas que nunca pueden ocurrir es saltarse el almuerzo debido a lo importante que es dentro de la dieta. «Una mala alimentación puede llevar a condiciones como la resistencia a la insulina, lo que puede provocar diabetes a alguien con antecedentes, además de un alza de colesterol y de peso», sostiene la especialista.
Si bien un 20% de los trabajadores reciben incentivos para que ellos compren sus propios almuerzos, es una mala alternativa, ya que está demostrado que esos recursos no terminan siendo usados para estos fines y los beneficiados terminan gastando menos dinero en opciones más baratas, como la comida chatarra, que tiene un mayor contenido calórico y que según la jefa de nutrición «puede inducir enfermedades como la dislipidemia, que es una alteración en el metabolismo de los lípidos y que puede llevar a obesidad, y problemas cardíacos».
¿Qué hacer?
Si bien en el casi 40% de los casos no depende de los trabajadores tener espacio, tiempo o beneficios para almorzar o ingerir su colación, sí se pueden tomar alternativas para que no existan problemas relacionados con la nutrición en un futuro.
Lo primero es tomar un buen desayuno. Según el mismo estudio realizado por la OIT, un 20% de los trabajadores encuestados no desayuna en forma habitual, lo cual sumado a la falta de almuerzo contribuye gravemente a que se generen problemas. Un desayuno debe considerar leche, fruta y algún carbohidrato.
Aunque el lugar y tiempo sea el mayor inconveniente al momento de almorzar, si se está en conocimiento de que hay problemas nutricionales el trabajador es responsable de barajar alternativas.
«Siempre se puede llevar un pan con tomate y jamón para comer a la hora de almuerzo. Frutas y verduras siempre sirven, pero sólo si están bien mantenidas, sin tenerlas en un refrigerador. Así se puede mantener un equilibrio entre el poco tiempo y seguir respetando las cuatro horas entre comida y comida para evitar problemas», agrega Monrroy.
En caso de que el trabajador sea responsable de su propia alimentación debe educarse sobre la nutrición dentro de la circunstancia en la que se encuentra y así evaluar la cantidad de frutas y verduras que come y saber priorizar una comida saludable frente a otras opciones más grasosas, pero rápidas y accesibles.